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La romanización


Entre finales del s. I antes de Cristo y el s. II de nuestra Era, la romanidad penetra de forma plena en el noroeste de la península. Antes diera momento a cultura material romana ( lucernas, ánforas, monedas, etc.) ya estaba presente en los castros por influencias culturales y contactos comerciales, pero entorno al cambio de era la arquitectura del imperio se hace visible ya en forma de construcciones de planta cuadrada y rectangular que se techan con una técnica más duradera: la teja cerámica.
El enlosado de patios, la planificación de la recogida de aguas pluviales o las plantas rectangulares de viviendas son elementos propios de la arquitectura romana que, poco a poco, se hacen presentes en castros como Coelióbriga. Sin embargo, la nueva arquitectura no llegará nunca a sustituir a los modelos indígenas basados en la planta circular y en las cubiertas de paja, sino que convivirá con esta. Los grandes poblados u oppida como Castromao se ven obligados a adoptar una nueva manera de gestionar la vida dentro de la ciudad fortificada, lo que los mueve a crear nuevos espacios para la vida en común, el establecimiento de normas y el ejercicio del poder dentro de la comunidad.


Un altar en piedra


En el año 1984 fue localizada un ara romana formando parte de un antiguo lagar de una casa tradicional de la aldea de Castromao. Se trata de un pequeño altar de granito en el que figura esta inscripción:
Que fue interpretada cómo: Aper, hijo de V( rs) ico, dedicó de buena gana un voto a Reva Siboico.

Violencia e intimidación


Son varias las piezas que nos hablan de los aspectos bélicos o de prestigio en sociedades guerreras encontrados en el castro.

Estatuas de guerreros
El fragmento de la estatua de guerrero encontrada en Castromao es de reducidas dimensiones. Mide menos de 30 centímetros y luce un escudo redondo delante del abdomen. Este tipo de estatuas militares aparecen representados siempre de pie, manteniendo una postura hierática, con los brazos pegados al cuerpo y las piernas juntas.
El guerrero de Coelióbriga viste un sagum (una especie de manto cuadrado que no pasaba de las rodillas) y porta una caetra (un escudo redondo). Pero el elemento que más llama la atención es el torques decorativo (un collar rígido) que luce en su regazo.

Falcatas
También se recuperó una falcata, un arma característica de los guerreros galaicos, lusitanos y celtíberos. Tiene forma de espada corta, proveída de una hoja ancha y curva y dotada de una empuñadura curvada y abierta. La que se encontró en Castromao fue realizada en chapa de hierro aplanada, ensanchada y afilada, y muestra una hoja de sección triangular que se conserva doblada y fracturada.